10 básicos que hay que revisar en tu moto

  • Frenos: una parte vital de la motocicleta y a veces, un gran olvidado. Hay que examinar todo el conjunto que conforman los frenos: el líquido se debe cambiar cada dos años y revisar cada 6.000 kilómetros, o una vez al año por seguridad y mantenimiento. Además, al mismo tiempo se deben revisar también las pastillas de freno.

  • Líquido refrigerante: Si tu moto se refrigera por líquido y no por aire es vital revisar los niveles del líquido refrigerante cada 1.000 kilómetros aproximadamente. No obstante, una vez al mes se debería inspeccionar su color o comprobar si ha sufrido algún descenso notable, ya que, en caso de estar en mal estado o por debajo del nivel recomendado, nuestra moto se puede sobrecalentar y provocar alguna avería en el motor. Recuerda que nunca debes abrir el tapón del radiador en caliente.
  • Aceite del motor: se debe comprobar al menos una vez al mes o máximo cada 6.000 kilómetros. En verano es necesario realizar este mantenimiento preventivo con mayor frecuencia debido al calor.

  • Neumáticos: las ruedas son fundamentales para la seguridad, ya que son el único punto de contacto que tenemos con el asfalto. Por ello debemos tener un control constante sobre ellos tanto antes como después de realizar un viaje. Debemos comprobar el estado de la cubierta, la profundidad del dibujo (no puede ser inferior a 1,6 milímetros), y si hay alguna deformación en la misma. También la presión de los neumáticos.

  • Batería: es recomendable comprobar el estado general de la batería y su nivel de carga, sobre todo cuando la moto ha estado sin funcionar un tiempo. Generalmente, ésta se debe cambiar cada 4 años.
  • Filtro de aceite: el mantenimiento preventivo del filtro de aceite es el que indica el fabricante en cuanto a limpieza y sustituciones. Aun así, es aconsejable poner uno nuevo cada vez que se cambia el líquido.
  • Cadena: el cuidado de este elemento consiste en limpiar, engrasar y tensar. Es necesario realizarlo cada 300 kilómetros aproximadamente y siempre que se haya realizado un desplazamiento bajo la lluvia. En cuanto a la tensión, se aconseja hacerlo cada 1.000 kilómetros.
  • Luces: para no reducir la visibilidad durante los desplazamientos de noche es conveniente examinar los faros con cierta frecuencia y sustituir las bombillas cada dos años o después de 50.000 kilómetros. Es vital comprobar el funcionamiento de las luces, sobre todo cuando nos desplazamos de noche.
  • Suspensiones: Son las responsables de que las ruedas toquen el asfalto en todo momento y la moto tenga un comportamiento estable. Por eso es importante revisar que tanto la horquilla como la amortiguación trasera estén siempre en perfecto estado.
  • Limpieza general: para tener un buen mantenimiento de la moto, se recomienda limpiarla una vez a la semana (a ser posible en la sombra) con agua y productos jabonosos suaves. Una vez limpia debemos revisar el estado de los neumáticos, incluyendo también una revisión generalizada para comprobar que todo esté en buen estado.